domingo, 1 de abril de 2012

Aprender

Dependiendo del contexto, aprender será una cosa u otra. En la escuela, aprender es la adquisición de conocimientos, de destrezas, de formación. Pero en la vida, aprender va mucho más allá. Si nos paramos a pensar, todo lo que hacemos es aprender o está relacionado con lo aprendido anteriormente. Caminar, llamar por teléfono, saludar, hacer de comer, hablar… todos son cosas que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida. Por lo tanto, tenemos que ser conscientes de esto y darle la importancia que se merece a la capacidad que cada persona tiene de aprender. Una capacidad casi infinita. Este enorme potencial que poseemos nos lleva a una segunda cuestión, cada uno de nosotros tiene un potencial personalizado. Es decir, cada uno de nosotros aprende las cosas de manera diferente, a ritmos distintos, pudiendo ser que para unas personas algo se aprenda sin esfuerzo y para otras lo mismo cueste horrores. Esto es algo que siempre se debe de tener presente. Hay que adaptar el aprendizaje a cada persona, y no la persona la que se adapte a lo que se desee aprender.

La mejor manera de aprender es partiendo del interés, del deseo, de la curiosidad, generando nuevas preguntas. Aquí estamos entrando en el aprendizaje escolar. Nos damos cuenta de que generar este interés en el alumno no es algo que dependa solo de él, sino que depende más de sus profesores y sus familiares. El aprendizaje ha pasado de ser algo individual a ser algo colectivo, algo que para que suceda con éxito depende de lo que hagan varias personas. Si una de las personas responsables no se implica en el aprendizaje del niño, se está bajando el porcentaje de éxito. Es tremendamente importante el generar dentro del niño la chispa por querer aprender, muchos de los casos de fracaso escolar suceden no por falta de capacidad de los alumnos a aprender los contenidos escolares, sino porque nunca se les generó en ellos esta chispa y por lo tanto nunca encontraron sentido alguno a aprender lo que se enseña en la escuela.

Otra cuestión, que también depende mucho de las personas que rodean al niño que debe aprender, es el estimular al niño para que lo pongan en la posición de actuar y no simplemente en la posición de recibir. El aprendizaje es mucho más rico, más duradero y más significativo si es la persona la que va a por el aprendizaje, y no se limita a esperarlo.
Los niños tienen el derecho a aprender, y la responsabilidad de todos es garantizar ese derecho.
Nos gustaría acabar con la recomendación del siguiente vídeo, que nos dejará más claro qué es esto de aprender.








Fuente: http://www.elpsicologoencasa.com/products/aprender1/

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